Llegó el Miércoles 15 de Julio y desde el Mini Bar quisimos estar en el recinto del Resurrection fest con la idea de ver las actuaciones anunciadas. Allí estábamos preparados para unos días de tralla intensa que se nos anunciaban muy provechosos.
Lo primero que llamó nuestra atención es la cantidad de caras conocidas y las ganas de pasarlo bien que tiene el público de Viveiro. Allí nos encontramos con "viejas glorias" que pasaron por el Mini Bar durante sus años de existencia, todas aquellas personas que tienen compartido horas y horas de noches de rock en el Mini Bar que nunca olvidaremos. Lo cierto es que es muy, pero que muy agradable encontrarse con gente que ha pasado por el Mini con la mejor de las sonrisas y con el buen rollo de siempre, con las mismas bromas y el mismo cachondeo que ha caracterizado siempre nuestro ambiente. Da gusto encontrarse tanto con clientes como con grupos a los que tienes aprecio y que te devuelven el mismo cariño con distintas manifestaciones que hacen que parezca que el tiempo ha quedado suspendido en la última nota de rock que ha sonado en el Mini Bar de Ribadeo.
Pero bueno, dejando los sentimentalismos a un lado, vamos a lo que realmente nos interesa: los directos. Empezaron sobre el escenario los santiagueses Mutant Squad de los que nos esperábamos mucho (ya los conocíamos un poco) y que no decepcionaron. Un sonido bastante nítido y potente hacen de este trío un buen primer plato para un festival como el Resu. Lo dieron todo sobre el escenario y consiguieron meterse al público en el bolsillo haciendo que cada uno de los presentes sintiésemos cómo se nos calentaba la sangre y cómo empezábamos a tener sed de más.
Y con esta sensación de sed, se nos encendió la bombilla y se nos ocurrió acercarnos a la barra para pedir unos vasos del Resu para poder llenarlos de birra y sentirnos en nuestra casa. Lo que no nos esperábamos era lo que la organización nos tenía preparado para darnos la bienvenida, una lista de precios que más que heavy era MORTAL. Dos vasos de litro y su correspondiente contenido (un litro de birra) casi ¡¡veinte euros!! No sabíamos si reírnos o llorar, aunque optamos por beber lo más despacito que pudimos para no quedarnos sin recursos económicos antes de que empezase en propio festi. Vaya días de sequía que nos quedaban...
Y justo después del hostiazo de realidad que nos pegaron con los "token", subieron al escenario los Killus con su maquillaje y sus estridencias. Lo cierto es que las apariencias no parecían muy prometedoras, pero el sonido, la garra y fuerza que derrocharon, nos hicieron vibrar de nuevo y sentir la música como nos gusta. Un grupo que no conocíamos y que nos hizo pasar muy buen rato antes de que se subieran los Bastards on Parade y The Decline a poner su nota en el festival. Un poco de folk-rock que no nos dice nada (es un opinión personal) y un poco más de punk que no es nuestra debilidad ni especialidad, por lo que nos ahorramos los comentarios.
A eso de las 23:30 empezaba uno de los platos fuertes del día, estábamos en frente de los Pro-Pain uno de los grupos que esperábamos y que nos gustó mucho. Un derroche de energía que nos puso las pilas de nuevo y que nos activó el modo "gran concierto" en nuestro organismo. Manos arriba, pitos, botes...todo el repertorio conciertil que se nos ocurre en esos momentos que te hacen disfrutar como un enano. Una hora especial que nos dejaba un buen sabor de boca.
Y llegaron los Biohazard, otros de los esperadísimos. Probablemente tan esperados que la decepción pronto se dibujó en nuestras caras. Un sonido muy poco logrado y una falta de energía notable, hicieron que esta última actuación la dejásemos a medias, optando por ir a descansar y prepararnos para la jornada del Jueves.
Una vez en la habitación (desde el Mini ya tenemos una edad y pasamos de dormir en el suelo), tocaba hacer balance del día. Un día con subidas y bajadas de adrenalina y un deseo para el día siguiente: POR FAVOR, QUE MEJORE EL SONIDO MAÑANA....
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