¿Qué debemos hacer? Lo sabemos de sobra. ¿Qué nos gustaría hacer? Nos retocemos de ganas de salir ya no sólo de casa si no de la ciudad, ir de pueblo en pueblo, de sala en sala, de rincón en rincón buscando volver a sentir el armónico golpear de unos buenos acordes en nuestra cara haciendo que vibren hasta los más ocultos poros de nuestra piel. Necesitamos encarecidamente empaparnos en sudor de bar, ese sudor completamente distinto al sudor de gimnasio, ese sudor que indica que estás descargando energía que tu cuerpo y alma piden descargar, no se trata de mejorar tu imagen, ese sudor de bar es indicativo de una noche de libertad que supone la apertura de todos tus sentidos a una dimensión que deseas y anhelas desde que tienes uso de razón. No es posible describir el placer emocional y físico que se experimenta cuando vives la música en directo. Resulta difícil esbozar las vibraciones que sientes en el pecho cuando unas baquetas rompen el aire y despiertan tu sed vital, tu instinto más salvaje, ése que hace que salte la alarma de placer interno cual si pulsasen un botón en ti. Conoces lo que viene a continuación, lo has palpado en más ocasiones y es lo que buscas, el ritmo del robusto sonido de un bajo que parece blasfemar de rabia acumulada a cada pulsación, como si bombease un líquido áureo a tu corazón que acompañado por el afilado e incisivo acorde de una guitarra culminan la piedra de Rosetta de los placeres, la cumbre de las emociones y la felicidad inunda tu cuerpo y mente casi sin que te des cuenta, del modo más natural que pudieses imaginarte y sientes que ha llegado tu momento. Ahora eres tú en esencia y te toca disfrutar y empaparte de ese concierto sin pensar en nada más así que vibra, habla, bebe, ríe, salta, grita, comparte y siente, porque éste es tu momento. El momento que tanto añoras, los momentos que tanto deseamos.
Pero sabemos que llegarán y por eso los codiciamos, pretendemos llegar a esos momentos que tanto significan para nosotros y lo conseguiremos. Sin duda volveremos con más fuerza, con más ganas y más receptivos que nunca a la música en directo. Necesitamos a músicos, salas y bares para reunirnos y compartir. Queremos volver a sentir y queremos llenar nuestros pulmones de música fresca. Nos veremos en los bares, como siempre.
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